CATALÀ DOMÉNECH, Josep
M. La imagen compleja: la fenomenología de las imágenes en la era de la cultura
visual. Barcelona: Universitat Autònoma de Barcelona/Servei de Publicacions,
2005.
701.15 C355i
Cultura do texto Þ cultura da imagem Þ cultura visual
“ Las sociedades
occidentales se han deslizado hacia un nuevo estado de su desarrollo
epistémico, sin ser demasiado conscientes de lo que ello supone. No se trata de
la célebre ´era de la imagem´ sobre la que tanto se ha hablado, especialmente
de forma negativa durante los últimos decenios, sino de algo distinto que se ha
dado en llamar ´cultura visual´. (...) el problema no reside tanto en el
supuesto analfabetismo textual que pueda generar la nueva cultura, según se
viene repitiendo, como en el profundo analfabetismo visual en que puede sumirse
voluntariamente la cultura tradicional. Una cultura escindida en dos mitades
antagónicas, una anclada en la nostalgia depresiva, la otra en la euforia
inconsistente, no es la mejor receta para el futuro” (CATALÀ, 2005: 41)
“Pensar en la imagem
era pensar en la estructura pictórica como emblema, era pensar en un objeto
interpuesto entre el autor y su espectador (ambos considerados primordialmente
de manera individualizada) (...) Todo ello se encuentra, repentinamente, fuera
de lugar, puesto que la cultura visual trata de otra cosa. La cultura visual,
sobre todo, no trata de imágenes como objetos de carácter distinto a los
textos, a los que por lo tanto podría anular, superar, borrar. Si el concepto
de imagem es el producto de una imaginación textual, los fenómenos pertenecientes
a la cultura visual se han de ver obligados a redefinir en su seno el concepto
y la función del texto. Esta es quizá la señal más destacada del cambio de
paradigma. (...) la imagen ya no existe, existen en todo caso las imágenes,
siempre en plural. O si queremos ser literales aún a costa de ser impreciso,
podemos afirmar que existe lo visual como un conglomerado, práticamente sin
límites, de percepciones, de recuerdos, de ideas, englobados en una ecología de
lo visible” (CATALÀ, 2005: 43)
“las imágenes
contemporáneas difícilmente se perciben de manera aisladas, ya sea porque ellas
mismas se presentan conjuntamente, aunque pertenezan a territorios diversos,
organizando constelaciones visuales como ocurre en la televisión, o porque
nuestra mirada, que ha entrado en un régimen perceptivo peculiar, se encarga de
agrupar unas imágenes con otras, como puede suceder quando paseamos por una
ciudad. Ya no existen imágenes aisladas, ni siquiera están aisladas aquellas
que fueron pensadas aisladamente, aquellas que petenecen a la época de la
imagen cerrada. (...) la imagen abierta está constantemente proponiendo
significados a través de nuevas conexiones: significados todo ellos válidos,
estables en su particular momento.” (CATALÀ, 2005: 46-7)
“Walter Benjamin nos
había informadao sobre la crucial transformación de la imagen en la era de la
reproductibilidad técnica, cuando empezaron a proliferar las copias y la imagen
perdió su aura (...) Pero asistimos en estos momentos a una transformación
distinta porque lo que proliferan no son copias idénticas, sino versiones
diferentes de una misma propuesta. (..) Por el contrario las versiones, por muy
aisladas que surjan unas de otras, tienden todas ellas a la conexión, al
establecimiento de una red, puesto que cada una de las versiones depende de
todas las demás para confluir hacia un significado que nunca puede llegar a
completarse, ni siquiera cuando se hace acopio de todas las versiones
possibles, puesto que siempre quedarán nuevas versiones para hacer, nuevas interpretaciones
(...) la proliferación de versiones que aparecen por todas partes en un
movimiento que es a la vez radial y pluridimensional.” (CATALÀ, 2005: 47-8)
La realidad actual no
puede ser otra que compleja, puesto que la simplicidad requiere una inocencia
intelectual, cultural, epistemológica, ética y estética de la que las
sociedades occidentales carecen en el presente momento histórico, sin que
además nada parezca indicar un giro en la dirección contraria. Actualmente sólo
se puede apelar a la simplicidad por ignorancia o por mala fé. (...) Vive,
pues, el conocimiento contemporáneo bajo una condición trágica que le impide
alcanzar esa fundamentación absoluta que han perseguido épocas más clásicas que
la actual. Quizá sea éste el signo más expresivo del neobarroquismo de nuestra
era que Omar Calabrese detectó en su momento a través de síntomas muy diversos
(...[1])
Este barroquismo se caracterizaria por la búsqueda de la multiplicidad,
inscrita en una situación inestáble, lo que daría lugar a representaciones
básicamente in-concretas. (CATALÀ, 2005: 56-7)
(...) ante dos
explicaciones de igual entidad, es la más compleja la que más tiende a ser
verdadera, teniendo en cuenta que, en esta reconfiguración epistemológica, el
concepto de tendencia es crucial. (...) Además, un tipo de reflexión que no
sólo acepta los espacios problemáticos, sino que los utilizan de fuerça motriz
para seguir avanzando puede ser considerada justamente barroca, puesto que
adquiere características fractales – la idea de una reflexión que, en lugar de
avançar de manera lineal, a través de encadenamientos de causa y efecto que se
anulan mutuamente, lo hace diseminándose en una red siempre actual y
actualizada, característica que, como indica Calabrese, foma parte de la
sensibilidad neobarrooca en contraposición con la neocásica. (CATALÀ, 2005: 59)
Realidad, mirada y
representación forman así una determinada ecologia que preoduce fenómenos
incontrovertiblemente conplejos. (CATALÀ, 2005: 66)
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